Desde Europa





















Pedro Ferriz de Con
@PedroFerriz

Una ola de nuevos pensamientos crece como tsunami. Seremos protagonistas de cambios trascendentales que transformarán a México para adaptarlo a una nueva sociedad; incapaz de soportar la creciente división que nos azota, la injusticia que indigna, la irritante impunidad, el miedo paralizante y el autoritarismo de gobiernos de naturaleza democrática y vocación autoritaria.


De la realidad nacional, no hay cosa que no pudiera mejorarse. México ha crecido de manera desordenada y con descuido. La corrupción ya carcomió a la vida cotidiana. El proyecto de “GRAN PAÍS”, se extingue en una ilusión de aparente lejanía, haciendo del conformismo y hasta el sacrificio, la medicina que alivia la frustración y el desgano. Las noticias cotidianas dan cuenta del malestar. Romper el círculo viciado para de ahí surgir renovados, es el punto de inflexión que está a la vista.

En Europa se tiene una idea de México que lastima a la nación. La imagen muestra un país peligroso, poco confiable, con derechos humanos ignorados, un gobierno sin prestigio… inconveniente a la inversión, a menos que haya disposición de asumir el riesgo del amago a ser contaminado. Y si la necesidad apunta a hacer una “marca país” que respalde un prestigio ganado, la tendencia va justo al lado opuesto de la pretensión.

Las noticias de la fuga de El Chapo, la liga gobierno-delincuencia de Ayotzinapa, la imagen misma del ejército, la persecución de activistas sociales, periodistas o intentos reformistas. La manipulación de medios informativos y la necia alianza de los partidos políticos orientados en mantener intacta la oligarquía, son las pautas con las que se describe a nuestra tierra.

Se ve un México con marcados contrastes sociales, pobre educación y un sojuzgamiento asfixiante que mantiene intocados los niveles de pobreza. Gobiernos incapaces de dar movilidad a alternativas económicas, que empleen gente, recursos e inversión en beneficio de los más necesitados.

En la OCDE, con sede en París, incontables estudios sobre México, han marcado serias advertencias que predicen un largo estancamiento, en caso de no emplear técnicas de desarrollo más flexibles, imaginativas y hasta revolucionarias. En otras palabras: O se cambia el modelo de gobierno o mantendremos una mediocridad deteriorada por la denigrante corrupción.

España también está poniendo a prueba a sus partidos políticos para retar a los modelos de gobierno que han probado su ineficacia y descomposición. Si bien las ideas de Colau y Podemos no son del todo independientes y ciudadanas, han llegado a inquietar a los políticos de cepa.

Y entre paradigmas inconsistentes para un presente más exigente y esquemas osados para un futuro que se agita y sacude, estamos inmersos en un “aquí y ahora” que augura un alzamiento racional que cortará nexos de un pasado que se niega a morir.
Debemos darnos el derecho de ver hacia arriba.

La gente unificada en criterios que se funden ante el disgusto, son ambiente propicio de una nueva corriente que arrasará con lo establecido. Ya sea por ineficiente, desgastado o desprestigiado.

Las piezas se acomodan. Solo es cuestión de tiempo.


#UnidosPorLaVerdad
#revoluciondelintelecto