La Voz de Nostradamus

Pedro Ferriz de Com

Es difícil tomar como cierta una guerra que se lee en los periódicos, se ve en la tele y comenta por medios digitales. Decir que estamos viviendo los primeros capítulos de la 3a Guerra Mundial (palabras del Papa Francisco) resulta fuerte como pieza de oratoria aunque no nos quitará el sueño para hoy en la noche.

El curso de la historia que nos dejó el Siglo XX debe servirnos de advertencia a la serie de hechos probables en nuestro presente. La tendencia de la humanidad a enfrentarse cada determinado tiempo apunta a ser pauta para proyectar futuros comportamientos, que por obvios no pueden ser ignorados.

En este siglo marcado por una comunidad global, movilidad y comunicación, resulta cada vez más sencillo promover las diferencias culturales de la civilización. Si transitamos por el prólogo de un conflicto profundo entre los hombres, las

diferencias se van marcando primero en la red, con la idea de difundir el odio, como primer obstáculo a una paz global que ha sido sostenida con alfileres por más de medio siglo.

Si llegamos hasta esta segunda década secular, no dejamos de sentir las fuertes presiones que han orillado al conflicto que se presenta frente a nuestros ojos.
Resulta interesante saber que esta confrontación ya fue profetizada. Hace 500 años, Michael Nostradamus se refirió a ella de muchas formas. Sus escenarios cobran peso si consideramos que con precisión advirtió sobre la Primera y Segunda Guerras Mundiales.

Por ejemplo, sobre la 2a Guerra:

En la cuarteta XXXV de la 3 centuria, Nostradamus asegura que “De lo más profundo del occidente de Europa, / de gente pobre un niño nacerá, / que por su lengua seducirá a las masas, / su fama en el reino de Oriente más crecerá”.
Estos versos, según algunos, no podrían ser más certeros y se referirían claramente a Adolfo Hitler. El controvertido líder nazi no sólo nació en Austria, en el seno de una familia pobre, sino que gracias a su privilegiada oratoria logró ganarse el favor de sus correligionarios y las clases populares para ser elegido Canciller de Alemania, escenario que sólo fue la antesala del estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Nostradamus, haciendo gala de clarividencia, en la cuarteta XXV de la 2 centuria, llega a hablar de “Hister”, un nombre casi igual al apellido del Fuhrer: “Bestias feroces de hambre ríos tragar, / la mayor parte del campo contra Hister estará, / en jaula de hierro el grande hará llevar, / cuando nada el hijo de germano observará”.

No solo habla del personaje, sino de las alianzas que se harían en su contra que finalmente acabaron por derrotarlo.

Si bien sobre el pasado, Nostradamus tiene aciertos y errores que no debemos soslayar, del presente y futuro, también hay mucho que dejó como legado.
Por ejemplo:

“Entrará villano, amenazador infame, tiranizando la Mesopotamia…”
El “tercer y último anticristo, más horrible que los dos primeros” llegará al poder.

Según los expertos en su obra, se trata del Estado Islámico y su líder.

Tras traducir algunos de los poemas, el médico francés predijo correctamente los actos de barbarie del Estado Islámico en Oriente Medio, su intención de conquistar áreas de Europa para extender su califato y que esa conflagración podría desatar la Tercera Guerra Mundial.

El hecho es que hoy el mundo no habla de otra cosa que no sea la confrontación que nos da temor y tiende a paralizarnos ante lo insospechado de los nuevos brotes que se eslabonan en actos de terror y muerte.

París no había sido objeto de un estado de sitio, desde finales de la Segunda Guerra Mundial en lo que toda Europa pone en operación códigos de emergencia ante lo inesperado. África se sorprende con hechos como el terror vivido en Mali, sin poder realmente prepararse para una escalada violenta y Estados Unidos extiende sus protocolos hasta el extremo, con tal de no darle oportunidad a eventos como aquellos del 2001, que acabaron por alterar la paz y tranquilidad del mundo.

Lo que sí es un hecho es que tenemos una guerra en curso. No sé porqué el Papa Francisco le puso tan rápido el letrero de “La Tercera Guerra Mundial”. Así con ese aplomo.

Pero si éste será el camino, debemos esperar un menor crecimiento, para “un mundo herido y lacerado” según sus palabras. Un mundo alterado por el miedo ante el amago de un enemigo indefinible. Y años por venir que pondrán a prueba a la inteligencia del hombre.

La violencia trae solo violencia como respuesta.

El odio alimenta al odio.

Deberá haber liderazgos que atemperen la ambición desmedida de las partes confrontadas, antes que volvamos a cometer… otra vez, el mismo error reiterado en la historia.

Millones de muertes, hambre, sufrimiento y dolor que solo será el referente de la intransigencia a ser iguales. Iguales en lo fundamental, en los principios de la ética y el deber ser. En la justicia y respeto como medida y actitud ante las diferencias. En el entendimiento y voluntad por hacer del otro “mi causa”. En un presente que me sacude conciencias ante el porvenir.

Temíamos que el momento llegaría en el que tendríamos que escribir en estos términos… y el momento llegó.

Sólo una cadena de sensatez romperá la violencia que apunta.

Solo la locura pondrá el tono de desenfreno a lo que no deseamos irremediable.

Por lo pronto, hoy lunes, Bélgica cancela actividades escolares ante ataques que pudieran llegar de donde sea a quien sea.

Así está el mundo. En una guerra sin reglas.


 @PedroFerriz

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