Guadalupe, la líder

Pedro Ferriz de Con
@PedroFerriz

Vivo bajo el cobijo de una mujer que ha estado en mi vida por siempre. Desde que tengo memoria, mi madre me llevaba los 12 de diciembre “en calidad de ofrenda”, a ver a la Virgen de Guadalupe. Tuve la suerte de haber nacido ese día que -insisto- me ha marcado.

El penetrante incienso, el calor de los cirios sobre mis párpados, el agudo cántico de mexicanas piadosas, el olor a gente traducido en devoción. Multitudes en busca de la mirada de una mujer que ha sido madre del mestizaje como fusión de Coatlicue, Diosa de la Fertilidad, Tonantzin (nuestra madrecita) y una morena Virgen que convirtió a un pueblo a una cultura diversa a su original, por caminos de la fe y el amor al indigenismo.

No resulta ocioso subrayar que su figura es el mayor signo de esperanza que un pueblo tiene sobre su realidad y expectativa. Como madre de todos los mexicanos, la Virgen de Guadalupe ha estado desde que aparece ante Juan Diego, justo diez años después de la Conquista de la Gran Tenochtitlán.

Ocho millones de indígenas se convirtieron a una nueva religión luego de que “ella” se hizo presente. No se podría entender la confluencia de dos mundos sin su imagen impresa en el ayate de un simple campesino.

Desde hace 484 años la creciente figura femenina en nuestra sociedad ha sido factor de conciliación y razón de perdón ante el sello de la crueldad con la que se consolidó la ocupación occidental sobre estas tierras. La ambición por el oro y la plata, el ultraje a la dignidad humana, la falta de visión sobre las consecuencias aparejadas al evidente abuso de conquistadores sobre conquistados, dan como resultado el fruto de nuestro presente. Somos un país que no se entiende entre ciudadanos, algunos con derechos, otros desposeídos. Un México que sigue siendo de marcadas diferencias. De acumulados agravios que tienen como único lazo a la Virgen del Cerro del Tepeyac.

Recientemente fui a la Basílica. Visité el viejo templo donde se guarda el Santísimo. Recordé ahí escenas de un México que ya no existe. Observé a mucha gente. Unas, llegaban por iniciativa individual, otras en grupos o peregrinaciones interminables provenientes de los cuatro puntos cardinales.

Pude ver y sentir el fervor por Guadalupe. Infinidad de momentos y circunstancias. Enfermedad, discapacidad, propósito, arrepentimiento, súplica y consuelo. Todo junto, en una enorme veneración ante la “Emperatriz de América”. Patrona continental, proclamada por Pío X, el 24 de Agosto de 1910, justo cuando el país empezó a enfrentar la inquietud de una sociedad que se encaminaba hacia la Revolución.

En el siglo XXI las creencias, religiones y cultivo de una vida espiritual están sucumbiendo ante el incesante avance de las tecnologías. Hay en el mundo moderno el tono de una vida envuelta en pragmatismo y preferencia por lo material. La fe se hace a un lado para dar paso a todo lo que crees porque resulta evidente a tus sentidos. La figura de un Dios se desdibuja y con ello todo lo divino es cuestionado, en el mejor de los casos. En otros, es simplemente ignorado. Si proyectamos a futuro, resulta evidente pensar que la civilización le dará más la mirada a la ciencia y dejará de lado al misticismo. Las sociedades se vuelven ateas y pierden el sentido de una vida interior. Antes de la vida, nada. Después de ella, tampoco.

En lo que experimentamos esta revolución espiritual, es Guadalupe símbolo de nuestra identidad. En ella se mantiene el único denominador común. A falta de un “pater”, que unifique a la patria, es una madre la que le da sentido.

Cerca de 10 millones de personas pasarán ante la Virgen de Guadalupe en los días que se aproximan. No hay otro evento más aglutinador en el calendario. Cifras como éstas, solo en el mundo virtual de FACEBOOK.

Llamó mi atención un desplegado a doble plana en páginas centrales de la primera sección de los diarios del sábado, en el que una aerolínea, Interjet, festejaba sus primeros 10 años de vida. Con enormes letras empezaba: “Damos gracias a Dios”. “Damos gracias a la Virgen de Guadalupe”… por nuestro primeros 10 años de vida… etc.

Es evidente que no estamos acostumbrados a estos encabezados. Quien quiera que los lea, pensará si hay en ello un viso de mercadotecnia o en realidad lo que intentó la firma de aviación fue un genuino esfuerzo por reflejar lo que somos.

¿Qué representa en ti la Virgen de Guadalupe?

¿Podríamos prescindir de ella?

¿Es sinónimo de estabilidad social?

¿Es la explicación a nuestra infinita paciencia?

Este próximo sábado es el día de Guadalupe. Como lo ha sido por casi cinco siglos. Pendón de Independencia con el Padre Hidalgo, conciliadora en la Reforma de Juárez, unificadora de la post revolución. La misma que hoy consuela a un pueblo extraviado en la modernidad.

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