Moreira

Pedro Ferriz de Con

“Inevitablemente todos estos señalamientos que se han dado en el caso de Coahuila y que evidentemente hace una vinculación con quien es dirigente de nuestro partido (Humberto Moreira) le ha generado desgaste como dirigente del partido, sin dejar de reconocer por ello la buena conducción que ha tenido al frente del partido, los resultados que el partido ha obtenido en este corto período en las elecciones donde ha participado, donde el PRI ha ganado todas las elecciones”.

Así con estas palabras, el Candidato Enrique Peña Nieto, le daba la despedida a Humberto Moreira, como Presidente Nacional del PRI y hasta ese día (2 de diciembre de 2011) hilo conductor de su campaña.

Con este “raro” pronunciamiento, Enrique Peña Nieto aceptaba que el ex gobernador de Coahuila era indeseable para sus fines electorales, pero deseable para el sistema que sostiene al partido en el poder. Es algo como decir: “ya no te quiero, pero no olvides que te quiero entrañablemente”.

Esos son los sin sentidos de la política mexicana. El pecado no es robar, sino que te descubran. En ello está la estabilidad del sistema completo. Pero si eres sorprendido, un rato en la “congeladora” para que todo se olvide y entonces volver a empezar.

He de decirles que yo mismo fui parte de esa serie de reacciones que pretendieron sostener el “prestigio” de tan sonado personaje.

Hace algunos años, luego de la muerte de su hijo mayor a manos de la delincuencia (3 de octubre del 2012) recibí una comunicación que me hacía acreedor de una demanda penal por daño moral v.s. Humberto Moreira.

Fueron catorce meses de comparecer ante juzgados y presentar testigos y alegatos en mi defensa. La idea fue causar un daño a mi carrera así como a mi patrimonio. Se me acusó concretamente de que califiqué de “ratero” a mi acusador.

Si no fuera por el agravio que esto representó, pudiera decir que se trató de un acto jurídico-cómico-mágico. Al final, gané el alegato y siguió su desistimiento, después de malos y agrios tragos.

No he visto desde entonces a un coahuilense que haya pasado por mi camino, que no me expresara su repudio al político en cuestión y su adhesión a la postura que tomé contra de él. Todos querían a Moreira… pero en la cárcel.

Lo lamentable del desenlace vivido con su detención, es que no fueron autoridades mexicanas, sino estadunidenses y españolas las que accionaron el botón de la justicia, al encabezar una investigación luego de reiteradas acciones financieras de proceder cuestionable del hijo político de Elba Esther Gordillo.

La pregunta es, si México sabía cuál sería el desenlace. Si el presidente Peña estaba al tanto de la investigación internacional que pesaba sobre su ex colaborador. Grave si lo sabía. Grave si lo ignoraba. La contundencia del arresto operado en el aeropuerto de Barajas, dejó por el suelo a las autoridades mexicanas, más que por omisas, por cómplices con el coahuilense. En vez de incompetentes, aparecen corruptas ante la opinión pública internacional.

Semana y media antes, el Secretario de Gobernación, ufano declaraba: “no hay delincuente que esté lejos del alcance del Estado Mexicano”.

Lo que no especificó es del tipo de delincuente del que hablaba… Si de narcos o políticos… esos de cuello blanco.

Hoy es justamente ese Estado Mexicano el que tiene que mantenerse en silencio ante los hechos. Peña Nieto no podrá meter las manos para salvar al indicado. Tampoco se podrá referir a él siquiera.

Otra vez, es el corrupto sistema político mexicano el que se pone en evidencia. Otra vez es la impunidad en casa y la ley afuera la que se deja ver.

Nuevamente el ciudadano resulta engañado. Otra vez levanta la ceja, cuando entiende que aquí la justicia está en el discurso… aunque el engaño sea moneda de cambio constante, promovido desde instituciones de las que ya nadie cree.

Y luego se extrañan que estén surgiendo candidatos independientes y ciudadanos.

México ya votó en 2018… No hay vuelta atrás.

El próximo Presidente de México será un “sin partido”

El Estado Mexicano está herido.

Los ciudadanos tendremos que ir al rescate de la corrupción que ha carcomido las bases de la República.

@PedroFerriz

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